miércoles, 26 de mayo de 2010

Si te olvido.

Si el olvido llega a la puerta que se acompañe de recuerdos, que se mantenga viva la imagen de los besos y el adiós, que se corresponda por una vieja pasión y un corazón con rosas y espinas puntiagudas, con labios de pecados y una casa olvidada, con laberintos cómo tu cuerpo sabor a vino tinto.

Y todo esto si te olvido me voy sin sabor a amargura, y si te olvido me voy con dulzura con sabor de un champán francés, con muchos cielos y muchas noches, acompañado con un nuevo amanecer, buenos días y un café.

Y si me voy, me voy cantando las canciones de Serrat, apreciando mucho más a Sabina, cantando cómo un poeta, y llorando cómo un niño pidiendo a su mamá, si de pronto unos días sean años, canta y cae rendida en el misterio de un sueño que ahí me encontraras cómo tu amante más letal.

Copyright © Irvin Guiovvani García González

miércoles, 19 de mayo de 2010

Llanura de amargura

La llanura de amargura, y el pasado más pesado

que los recuerdos de una tarde sin ti

con la noche sin sabanas y el olor de ti

despojado por el aire, y un adiós embalsamado


Corazón en penumbra

silencio abrumador

caricias guardas en el tocador

escritor sin la perfecta palabra


Ofrenda a la horrenda ortografía

con un texto

pero sin pretexto

de arrebatarte tu alegría


I. G.


Copyright © Irvin Guiovvani García González

jueves, 13 de mayo de 2010

Confesión.

Eran las diez con quince al llegar no la vio y pensó que seguramente ya se había ido después recordó que la noche anterior el primero había pasado al billar y pensó que el habría llegado ahí aproximadamente a las diez y media, quería ir a caminar tal vez tenia suerte y se la encontraba caminando por las calles sin rumbo fijo, sintió un poco de miedo se dijo así mismo que si el se movía de ese lugar probablemente ella podría llegar y cuando el regresara ya no la iba a encontrar ahí, así que solo prefirió quedarse en el mismo banco rojo de aquel parque por si ella volvía lo relacionara de inmediato y así sería casi imposible que no lo recordara pensó el, ya que eso había ocurrido la noche anterior además era el único que estaba solo, todas las demás personas iban acompañadas por un perro, sus novios, sus amantes o por amigos y fueron ellos los únicos dos que iban solos la noche anterior, y pasaron los minutos y no veía a nadie con cabellos negros elegantes, soplaba el viento del levante, a estas alturas de la noche ella no regreso pensó.

Lo mismo paso durante días hasta hacerse una semana cada día el se iba puntualmente para poder volver a encontrarse con ella, pero sin existo, había comenzado a desistir se sentía cansado de fracasar todas las noches, incluso llego a pensar en la idea que ella solo fuera producto de su imaginación pero se negó a aceptar esa idea, la voz había sido real, todo había sido real para el.

En un fin de semana tuvo la invitación de ir con unos de sus amigos a embriagarse toda la noche, caía en día de paga así que tendría el dinero suficiente como para beber hasta muy noche quizá hasta el día siguiente, a la fiesta llegaron personas singulares parecían extraños como sino fueran amigos de nadie y por equivocación habían entrado a la fiesta hasta que alguien se levanto y los saludo, cómo sino los hubiera visto por años habría sido Joab quién se levanto a recibirlos con un efusivo abrazo y pensó quién sea amigo de Joab es mi amigo.

En aquella fiesta se tocaron temas poco comunes ya que siempre que el estaba ahí había buenos temas que debatir, platicas interesantes quiero decir, relato lo que le había pasado la semana pasada y alguien dijo.

-Fue solo una casualidad no entiendo tu agravio, por que seguir pensando en lo que ocurrió.

Sabía que en está vida no existe casualidad alguna, algo estaba haciendo mal el para no encontrarse con ella una vez más, solo se limito a contestar que “Las casualidades existen para los que no están preparados para los encuentros que la vida nos tiene preparados” iba subiendo el calor que la embriagues provocaba y comenzaron a cuestionar su miedo, el miedo que el había sentido hace una semana, le repetían.

- ¿Por qué tu, si hablas de valentía te acobardaste y no levantaste la mirada?

Esas palabras fueron un balde de agua fría, pues el seguía sin entender lo que sentía, solo contesto que por momentos la vida nos dice que en realidad no sabemos nada y siempre existe un nuevo horizonte que explorar y yo explore mi propio encuentro, mi propio miedo.

Él había librado temas más complejos sabía de historia y filosofía incluso la Biblia leía, pero ninguna platica se le había hecho tan difícil cómo la de esa noche, había sentido en más de dos ocasiones un leve mareo y su mano derecha temblaba producto de la acalorada platica que lo ponía nervioso haciéndole recordar su tic particular que más que nervios era más bien aquel miedo que lo carcomía, pasó mejor a recostarse sobre el pasto y pensó.

- Si el cielo fuera como el río que reflejaba la belleza de narciso, así yo podría verla a lo lejos y salir corriendo a encontrarme con ella.

Alguien tocaba la puerta y el se dijo con fastidio.

- ¿Más extraños?

Pensó con una sonrisa dibujada sobre sus mejillas enrojecidas por el alcohol que había consumido.

- Quizá podría ser ella y sonrío también, pensó en las probabilidades que existían para que fuera ella, tenía como base el recuerdo que aún guardaba frente a sus ojos, su aspecto no era cómo el de una persona que le guste salir hasta muy noche, sería imposible que fuera ella.

Así que solo se volvió a recostar en el pasto, seguía pensando en ella y se imaginaba un mundo lleno de locos, las personas solo sonreían, los niños nunca paraban de jugar un mundo compartiendo con ella dónde era aún más feliz, la traía a su mente como enamorado, tenia ya en cada segundo su figura en sus pensamientos, se había olvidado del sabor de la bebida y casi podía saborear la dulzura de sus labios, llego a sentir incluso la piel frágil de su enamorada.

A lo lejos se escuchaban voces y era la de Joab y alguien más pero le era desconocida esa voz, el no se inmuto a levantarse para ver quién era después de todo el ya había sacado sus conclusiones era imposible que fuera ella.

La vida no le hizo esperar más la sorpresa que le tenía, era ella y caminaba justo hacia el con Joab en compañía, hablo rápidamente con su corazón y su corazón le dijo.

- Es ella, con apuradas pulsaciones de corazón así supo que era ella.

Joab le hablaba a el a lo que el de inmediato atendió a su llamado, mientras Joab hablaba el solo podía ver una sola cosa y era la belleza de esa mujer que tenia una vez más la oportunidad de tenerla frente a sus ojos.

Ella se presento como Dana junto con su significado que era Justicia a lo que el asistió con su nombre Dan junto con su significado Aquel que es Juez, su presentación fue apabullante, devastador peor que dos hoyos negros entrando a una sola galaxia, aún más fuertes que los estallidos que debieron haber producido las explosiones de fuego en Sodoma y Gomorra.

Joab no paresia muy contento con ese encuentro pero se tomo poca importancia sobre ese acontecimiento después de todo fue el mismo quién les quiso presentar a todos sus amigos a su hermana en especial a Dan, pero que iba a saber Dan que Joab fuera el hermano de aquella mujer de piernas perfectas y aún así sabiéndolo no existiría fuerza humana capaz de separar la mirada de aquel personaje perfecto, de aquellas piernas perfectas quizás buscando algún par de hombros anchos y fuertes dónde descansar.

Dan yacía como enamorado, el sabía que era correspondido pues aquellas miradas no fueron solo miradas, fue el singular idioma de la vida que pocos logran escuchar, esas señales serían imposibles de ver solo con los ojos, haría falta ver desde el fondo de nosotros, justo con el corazón y Dan sabía de todo eso, el estaba seguro que era correspondido su corazón latía más fuerte cuando escuchaba la voz de Dana que el mismo viento le traía cada noche después de ese día...


I. G.


Copyright © Irvin Guiovvani García González

Él que ama.

Quién no ha visto el día marchitarse en el ocaso que este produce, quién no ha visto fijamente esa luz que se apaga en los ojos de la dama que le acompaña en los pasos de su vida, quién no se ha creído más grande que el propio universo, quién no ha pensado en haber encontrado la forma de detener el día y no dejar que la noche caiga.


¿Quién de verdad evito que en los ojos de aquella bella mujer, esa luz se mantuviera prendida, aún después de mil tormentas, aún después de aquella dura desilusión, por ver terminar aquello que se palpa como relativo?


Quién más, sino, quien de verdad ama.


¿Y quién es ese que en verdad ama?


Quién finalmente tiene lo que por naturaleza le pertenece, quién no se perdió en noches de desolación, quién no gano ni perdió, solo entrego, el que ama, quién no se hecha al olvido y se entrega a la desgana, el que no promete para quedar en paz, sino el que tiene paz y por eso promete, el que tal vez sabe que siempre existe otra forma de expresarlo o decirlo.

Y por eso escribe.


I. G.


Copyright © Irvin Guiovvani García González

miércoles, 5 de mayo de 2010

Mi lumbrera.

Tu mis sueños, mi ladrona
tu mi noche y mi imponente amante
mi noche distante
tu el brillo de mi luna



tu embriagante olor y tu presencia
quién comparte mi soledad,
por aquella calle empedrada
y aún por las mañanas se respira tu esencia



Mi lumbrera con tintes de desnudes
la calma de mi respiración
cómo el rápido latir de mi corazón
tu mi dopamina y mi embriaguez.



I.G.


Copyright © Irvin Guiovvani García González


Pd: Te amo Elizabeth

Destaques

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