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sábado, 16 de enero de 2010

Estancias del deseo, la lujuria y la pasión

Es verdad que después de las mil tormentas del ayer te espere sin importar que faltase una gota o sobrara una gota de aquellas tormentas, aún en el grito desesperado del silencio que provoca mi agobio y mi mal estar, no existió momento en el que diera marcha atrás y olvidara las promesas de las que un día te hable así fuera en ese momento el objetivo poder cumplirlas sin ningún retraso, sin ningún prejuicio y sin algún problema que me lo impidiese.

Es mentira lo que hoy se tiñe de color gris no dejando ver las gotas azules de una lluvia en la tarde con arco iris, es mentira mi vehemente frustración, mi sentimiento de miseria y mi depresión psicológica, pero es difícil saberlo cuando un sentimiento de agobio corre por mis venas con algún tipo de sensación de coraje inexplicable haciendo parar por momentos mi corazón no dejando escuchar lo que el tiene para mi, mi corazón no habla y no habla para mi.

Yo se bien que el tiene algo que decirme, pero el no habla para mi, no hoy, tal vez mañana o en algún otro día, pero se ve bien que hablara y pronunciara primero tu nombre, hablara de la oscuridad tal vez hablara de soledad y por mucho tiempo me hablara de felicidad en su mundo insondable dónde el conoce de secretos, sentimientos y de miedos, ese corazón que hoy calla sabe bien que después de todos esos miedos, sentimientos y sus secretos no ha dejado de latir a ciento veinte pulsaciones por minuto al escuchar tu nombre, por verse completado en un sueño dónde el aire, el agua, el fuego y la tierra ha dejado de arrastrar tu nombre hacia el y verse aún lado de ella compartiendo más que unas simples palabras, más que dos extraños mirándose a los ojos firmemente, más allá de dos amantes cegados dónde refina la pasión, quizá sea hasta más que simple amor, esto ya no es amor, tampoco es obsesión va mucho más allá, el que habla en oscuridad lo sabe bien y el habla para si mismo en su mundo de reflexión y de palabras rebuscadas, en su mundo de conocimientos infinitos en el lugar dónde para el no existe frontera o palabras que describan sentimientos profanos.

“El se ha dicho una y mil veces no entender el amor de los hombres, el se ha dicho una y mil veces entender el amor y presume muchas veces por su álter ego conocer sentimientos casi divinos”

El se ha escuchado gritarse interiormente también me ha gritado a mi y por simples razones extrañas siempre es un mismo nombre, una misma sombra, una misma silueta, una misma persona con diferentes ropas, en diferentes momentos pero muchas veces más completamente desnuda vestida por la luz de la luna llena quitándole importancia a las diferentes ropas a aquella silueta y a sus distintas sombras haciendo nacer fuego entre la luna haciendo casi siempre menos la belleza de los cielos por el color de sus cabellos a veces casi cómo alguna luz infernal, o una luz de alguna divinidad.

“Ese corazón dónde nacen las estancias del deseo, la lujuria, la pasión y el amor, ama por la declarada voluntad desatada por espasmos de felicidad, ese corazón que le gusta también ser participe del caos, a el que le gusta llevar por bandera de profeta y marcado en la frente el valor de vida eterna por el encanto de un verdadero amor, que como ayer ha hoy sigue siendo el mismo nombre y la misma persona”

El sabe bien que para asegurarse de que su bandera ondeé en los más alto con una gran victoria tiene que asegurarse que el sentimiento ha dejado de ser paso por alguna opinión o alentar a algún prejuicio racional y consagrar la degradación de un sentimiento real de felicidad ya que sabe un poco más que bien que ser débil no implica quien no tiene fuerzas en sus músculos, sino débil es quien no tiene fuerza de voluntad para conquistar lo imposible en esté mundo en el que todo el tiempo es un solo dolor y las muchas voces a la vez acostumbradas a atravesar a las más fuertes armaduras del corazón, conquistados por miradas y pasos de desconocidos desesperando y aterrando al del débil silencio, débil armadura del corazón y a quién se le ha escapado la voluntad por las tuberías de un cuarto desconocido, el me lo ha dicho a mi, pero hoy no quiere hablar conmigo y se bien que “esas voces que comienzan a susurrarme al oído y otras veces gritándome, y esa mi locura que escupe mi razón” no son más que llamadas de atención, haciéndome voltear y acomodar una que otra pieza que se ha enterrado por un lado de mi corazón, no es más que algún miedo psicológico, que nunca debería estar ahí pero más sin embargo lo está, recuerdo haber escuchado a mi corazón que algunas veces los tramites que el hombre profano acostumbra realizar que a veces lo divino es tocado por la miseria de lo profano, y es de propios y no de extraños el poder verlo y realizar esos tramites con más que una simple frente en alto, con paciencia, con encanto y amabilidad, ya que como nos comportemos del mismo modo las cosas se pueden hacer más claras o más pañosas -Como te acostumbras a formarte en fila, así la vida te sonríe y es generosa- Si te saltas los lugares que no te corresponden probablemente al que se quede en tu lugar la vida le dará doble por esperar y ser paciente y además le sobran alegrías por aquel aventurado que prefirió brincarse algunos lugares.

I. G.

Copyright © Irvin Guiovvani García González

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