Cómo sotos umbríos tus cabellos enmarañan lo avaro de mi imprudencia, entre el amer de mi soledad, acompañado por las guirnaldas de tus flores desalentando a los desvalidos umbrales que se inclinan ante ti y a los olores de tus flores desconocidas.
Acompaña con júbilo a está historia que siempre está bruñendo con el aire del horizonte, trae contigo la delicada esencia perfumada de tus labios y tus ropajes de algodón, no te escondas entre el apartamento silencioso embalsamado por el aroma errante y violento de la soledad, no te quedes en los bosques y te ocultes en la ignota sombra de sus ramas.
¡Quédate conmigo alma mía, acompaña con el rocío de tus flores el alba y la brisa de mi insomnio, vela el ennegrecido de mis sueños e inoportuna el suelo negro de mis miedos!
I. G.
Copyright © Irvin Guiovvani García González
Acompaña con júbilo a está historia que siempre está bruñendo con el aire del horizonte, trae contigo la delicada esencia perfumada de tus labios y tus ropajes de algodón, no te escondas entre el apartamento silencioso embalsamado por el aroma errante y violento de la soledad, no te quedes en los bosques y te ocultes en la ignota sombra de sus ramas.
¡Quédate conmigo alma mía, acompaña con el rocío de tus flores el alba y la brisa de mi insomnio, vela el ennegrecido de mis sueños e inoportuna el suelo negro de mis miedos!
I. G.
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