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miércoles, 15 de septiembre de 2010
Nota I
"Tener sexo es fascinante, hacer el amor es indescriptible; Dejar de soñar con tocar el cielo, lograr tocar el cielo y seguir soñando, encontrar una montaña rusa de emociones y sensaciones, que van desde la cabeza hasta la entre pierna, hasta quedar rendidos en el corazón, pasar entre la altura de sus pechos y llegar hasta el filo de sus besos, quedar muertos por segundos y revivir entre su sexo"
Etiquetas:
Corazón perfecto,
hacer el amor,
idescriptible,
Sabanas humedas,
Sentir,
sexo
jueves, 15 de julio de 2010
Cirio bendito.
Puerto confidente cual sendero de esperanzas, contorno silencioso solitario, copa de amantes con sorbos lentos y la ansiedad por un amor que crecía.
El viento arrastraba las hojas secas a su voluntad entre el abrazo de piernas a la espalda sin fuerzas y sin voz. Mientras el descansándole las manos sobre el pecho, sostenía la madrugada y ella abandonándolo entre gemidos ahogados por la melodía del mediodía.
Él, de rodillas al piel de la brisa perfumada de rosas y azahares, reclinada la cabeza a su falda ante la imagen virgen de su cirio, sublime resignación de los rayos del sol que se colaban por la ventana por la luz de su cirio que inundaba a la desordenada habitación.
Ella dócil agitada entre gemidos y suspiros arañando su espalda, recostada ante aquel altar humilde y perfumado bañado de su cirio bendito, penetraba murmurando palabras débiles pero emblemas de su amor.
Copyright © Irvin Guiovvani García González
El viento arrastraba las hojas secas a su voluntad entre el abrazo de piernas a la espalda sin fuerzas y sin voz. Mientras el descansándole las manos sobre el pecho, sostenía la madrugada y ella abandonándolo entre gemidos ahogados por la melodía del mediodía.
Él, de rodillas al piel de la brisa perfumada de rosas y azahares, reclinada la cabeza a su falda ante la imagen virgen de su cirio, sublime resignación de los rayos del sol que se colaban por la ventana por la luz de su cirio que inundaba a la desordenada habitación.
Ella dócil agitada entre gemidos y suspiros arañando su espalda, recostada ante aquel altar humilde y perfumado bañado de su cirio bendito, penetraba murmurando palabras débiles pero emblemas de su amor.
I. G.
Copyright © Irvin Guiovvani García González
Etiquetas:
Amor,
Cirio,
Sabanas humedas,
sexo,
Virgen cielo
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