Y todo esto si te olvido me voy sin sabor a amargura, y si te olvido me voy con dulzura con sabor de un champán francés, con muchos cielos y muchas noches, acompañado con un nuevo amanecer, buenos días y un café.
Y si me voy, me voy cantando las canciones de Serrat, apreciando mucho más a Sabina, cantando cómo un poeta, y llorando cómo un niño pidiendo a su mamá, si de pronto unos días sean años, canta y cae rendida en el misterio de un sueño que ahí me encontraras cómo tu amante más letal.
Copyright © Irvin Guiovvani García González