jueves, 13 de mayo de 2010

Confesión.

Eran las diez con quince al llegar no la vio y pensó que seguramente ya se había ido después recordó que la noche anterior el primero había pasado al billar y pensó que el habría llegado ahí aproximadamente a las diez y media, quería ir a caminar tal vez tenia suerte y se la encontraba caminando por las calles sin rumbo fijo, sintió un poco de miedo se dijo así mismo que si el se movía de ese lugar probablemente ella podría llegar y cuando el regresara ya no la iba a encontrar ahí, así que solo prefirió quedarse en el mismo banco rojo de aquel parque por si ella volvía lo relacionara de inmediato y así sería casi imposible que no lo recordara pensó el, ya que eso había ocurrido la noche anterior además era el único que estaba solo, todas las demás personas iban acompañadas por un perro, sus novios, sus amantes o por amigos y fueron ellos los únicos dos que iban solos la noche anterior, y pasaron los minutos y no veía a nadie con cabellos negros elegantes, soplaba el viento del levante, a estas alturas de la noche ella no regreso pensó.

Lo mismo paso durante días hasta hacerse una semana cada día el se iba puntualmente para poder volver a encontrarse con ella, pero sin existo, había comenzado a desistir se sentía cansado de fracasar todas las noches, incluso llego a pensar en la idea que ella solo fuera producto de su imaginación pero se negó a aceptar esa idea, la voz había sido real, todo había sido real para el.

En un fin de semana tuvo la invitación de ir con unos de sus amigos a embriagarse toda la noche, caía en día de paga así que tendría el dinero suficiente como para beber hasta muy noche quizá hasta el día siguiente, a la fiesta llegaron personas singulares parecían extraños como sino fueran amigos de nadie y por equivocación habían entrado a la fiesta hasta que alguien se levanto y los saludo, cómo sino los hubiera visto por años habría sido Joab quién se levanto a recibirlos con un efusivo abrazo y pensó quién sea amigo de Joab es mi amigo.

En aquella fiesta se tocaron temas poco comunes ya que siempre que el estaba ahí había buenos temas que debatir, platicas interesantes quiero decir, relato lo que le había pasado la semana pasada y alguien dijo.

-Fue solo una casualidad no entiendo tu agravio, por que seguir pensando en lo que ocurrió.

Sabía que en está vida no existe casualidad alguna, algo estaba haciendo mal el para no encontrarse con ella una vez más, solo se limito a contestar que “Las casualidades existen para los que no están preparados para los encuentros que la vida nos tiene preparados” iba subiendo el calor que la embriagues provocaba y comenzaron a cuestionar su miedo, el miedo que el había sentido hace una semana, le repetían.

- ¿Por qué tu, si hablas de valentía te acobardaste y no levantaste la mirada?

Esas palabras fueron un balde de agua fría, pues el seguía sin entender lo que sentía, solo contesto que por momentos la vida nos dice que en realidad no sabemos nada y siempre existe un nuevo horizonte que explorar y yo explore mi propio encuentro, mi propio miedo.

Él había librado temas más complejos sabía de historia y filosofía incluso la Biblia leía, pero ninguna platica se le había hecho tan difícil cómo la de esa noche, había sentido en más de dos ocasiones un leve mareo y su mano derecha temblaba producto de la acalorada platica que lo ponía nervioso haciéndole recordar su tic particular que más que nervios era más bien aquel miedo que lo carcomía, pasó mejor a recostarse sobre el pasto y pensó.

- Si el cielo fuera como el río que reflejaba la belleza de narciso, así yo podría verla a lo lejos y salir corriendo a encontrarme con ella.

Alguien tocaba la puerta y el se dijo con fastidio.

- ¿Más extraños?

Pensó con una sonrisa dibujada sobre sus mejillas enrojecidas por el alcohol que había consumido.

- Quizá podría ser ella y sonrío también, pensó en las probabilidades que existían para que fuera ella, tenía como base el recuerdo que aún guardaba frente a sus ojos, su aspecto no era cómo el de una persona que le guste salir hasta muy noche, sería imposible que fuera ella.

Así que solo se volvió a recostar en el pasto, seguía pensando en ella y se imaginaba un mundo lleno de locos, las personas solo sonreían, los niños nunca paraban de jugar un mundo compartiendo con ella dónde era aún más feliz, la traía a su mente como enamorado, tenia ya en cada segundo su figura en sus pensamientos, se había olvidado del sabor de la bebida y casi podía saborear la dulzura de sus labios, llego a sentir incluso la piel frágil de su enamorada.

A lo lejos se escuchaban voces y era la de Joab y alguien más pero le era desconocida esa voz, el no se inmuto a levantarse para ver quién era después de todo el ya había sacado sus conclusiones era imposible que fuera ella.

La vida no le hizo esperar más la sorpresa que le tenía, era ella y caminaba justo hacia el con Joab en compañía, hablo rápidamente con su corazón y su corazón le dijo.

- Es ella, con apuradas pulsaciones de corazón así supo que era ella.

Joab le hablaba a el a lo que el de inmediato atendió a su llamado, mientras Joab hablaba el solo podía ver una sola cosa y era la belleza de esa mujer que tenia una vez más la oportunidad de tenerla frente a sus ojos.

Ella se presento como Dana junto con su significado que era Justicia a lo que el asistió con su nombre Dan junto con su significado Aquel que es Juez, su presentación fue apabullante, devastador peor que dos hoyos negros entrando a una sola galaxia, aún más fuertes que los estallidos que debieron haber producido las explosiones de fuego en Sodoma y Gomorra.

Joab no paresia muy contento con ese encuentro pero se tomo poca importancia sobre ese acontecimiento después de todo fue el mismo quién les quiso presentar a todos sus amigos a su hermana en especial a Dan, pero que iba a saber Dan que Joab fuera el hermano de aquella mujer de piernas perfectas y aún así sabiéndolo no existiría fuerza humana capaz de separar la mirada de aquel personaje perfecto, de aquellas piernas perfectas quizás buscando algún par de hombros anchos y fuertes dónde descansar.

Dan yacía como enamorado, el sabía que era correspondido pues aquellas miradas no fueron solo miradas, fue el singular idioma de la vida que pocos logran escuchar, esas señales serían imposibles de ver solo con los ojos, haría falta ver desde el fondo de nosotros, justo con el corazón y Dan sabía de todo eso, el estaba seguro que era correspondido su corazón latía más fuerte cuando escuchaba la voz de Dana que el mismo viento le traía cada noche después de ese día...


I. G.


Copyright © Irvin Guiovvani García González

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo es una de las mejores escrituras porque aquí deviene el nacimiento al presente y entonces que sería entonces si este acontecimiento no se hubiere presentado así, en ese momento, como se dio, un encuentro insospechado, perfecto, la situación en que se posiciono el corazón con el cuerpo y a su vez el cuerpo mismo con un alma etérea, astros de algún lugar conspirando a encontrarse de alguna u otra forma, y así fue, así nacio el momento de dos (jajajaja eso me recordo un viejo amor...) y bien decía así se juntaron Ogren y Otika, un gran O O jajaja
Gin@ R[o]x

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